dolor lumbar

Hoy os voy a hablar de las consecuencias de las comilonas de estos días y os daré los motivos para empezar a portaros bien. Jeje.

Os vamos a hablar de la relación entre las comilonas navideñas y el dolor lumbar que puede surgir a continuación, y de cómo prevenirlo.

Para empezar, os explicaré que es una metámera:

Si cortáramos nuestra médula en horizontal dejando bistecs del tamaño aproximado de cada vertebra, ese bistec sería una metámera. Se trata de un lugar desde donde salen los nervios destinados a enviar y recibir información de una zona concreta muscular (miotoma) de piel (dermatoma) de órganos o visceras (viscerotoma) y vascular (angiotomas). ¡Toda esa información en la misma metámera!!

¿Por qué te explico esto?… Pues…El hecho de que se produzca toda esta información en ella, nos da de vez en cuando, algún que otro problemilla o confusión.

Para que nos entendamos… el exceso de información que le llega de una víscera, puede producir reacciones (molestias o sensaciones) en una zona muscular o en otra de las zonas que compartan esa metámera.

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¿Qué ocurre entonces durante nuestras comilonas?

Pues si nos ponemos en situación…. se unen muchas cosas.

  1. Nos pasamos esas horas de comilonas sentados en sillas habitualmente no muy cómodas que nos mantienen en posturas nada buenas para nuestro cuerpo y hacemos posturas nada recomendables.

         ¡Surge el dolor lumbar!

“Aguanté demasiado el peso del plato mientras lo llenaba”, “Me sentaron al lado del pesado de mi tío y me pasé el día mirando al lado contrario”, “Tuve que desabrochar mi pantalón y estar el resto de la tarde recostado en la silla” ….

  1. Por el hecho de mantenernos tanto tiempo en esa postura estamos dificultando la digestión tan difícil que se está intentando producir. El peristaltismo (movimiento de los intestinos) está siendo prácticamente anulado y el aporte sanguíneo que llega a nuestra musculatura, teniendo en cuenta que estamos horas sentados sobre nuestras nalgas… es vergonzoso. Se nos duerme y contractura el culo de tenerlo chafado tanto rato por la falta de sangre en la zona que dificulta la regeneración y buena nutrición de los tejidos. Además de esos ratitos difíciles en el baño de los cuales mejor no hablar.
  2. Ingerimos una serie de alimentos en cantidades fuera de lo normal, ya que nos damos caprichos, comemos durante horas sin darnos cuenta mientras hacemos las famosas sobremesas e ingerimos más alcohol de lo habitual. Nuestra digestión hace un sobreesfuerzo tremendo por soportar las cantidades y mezclas de todo lo que le estamos echando. Y por si fuera poco…lleno de azúcar y grasas. El intestino encima sin movimiento…ya no sabe cómo absorber lo que le viene encima, ni de donde sacar las fuerzas para moverse y sacar las sobras.
  3. Por el exceso de alimentos, el trabajo de nuestro páncreas y vesícula biliar está siendo heroico, según nuestros niveles de insulina y posteriores depósitos de glucógeno, empezaremos a formar esos nuevos michelines que tanto luchamos por sacar después y que hicimos sin darnos cuenta, ya que nuestro cuerpo es capaz de ponerse a almacenar en forma de grasas y por error no darnos la señal de que estamos llenos. Si nos descuidamos…. ¡Reventamos!
  4. Para colmo, este proceso más algunos de los alimentos más habituales en estas fechas harán que aumenten nuestros niveles inflamatorios. ¡Vivan las grasas, los turrones y polvorones y sobretodo el alcohol!!Por lo que… ¡Más dolor!!
  5. La bilis necesaria para la degradación de las grasas que hemos ingerido irá a para al intestino delgado, el cual… sólo faltaba haber estado constipado y tomando antibióticos. ¡Muy común en esta época!! Cosa que debilita nuestra flora intestinal y pondrá en compromiso a nuestro intestino. ¡Cuidado con los virus de barriga, a veces no es un virus!!
  6. Además, no voy a entrar en el tema de tener que ver durante días a familiares que no te apetecía ver el resto del año. Con lo que añadiremos estrés e incluso mordidas de lengua o mala leche a la situación. Emocionalmente cuando queremos controlar situaciones y contenernos… ¡Lo ¨cerramos¨ TODO! ¡Y cuando queremos librarnos de ello… pues…al revés!!

Con todo esto… hay que tener muy en cuenta la cantidad de información que nuestras metámeras están recibiendo junto con lo que provocamos directamente. Y así, podemos llegar a entender el por qué nos surgen todos los males al pasar estas fiestas.

Ya que nuestras metámeras están recibiendo un exceso de información de nuestro aparato digestivo, y éste está compartido con la zona de las lumbares a nivel muscular en las metámeras, de forma que todo lo que producimos en la zona del aparato digestivo nos va a provocar ese dolor lumbar post comidas navideñas.

Supongo que con todo esto os habré dado suficientes motivos para empezar a portaros bien y evitar el dolor lumbar.

¡¡ A desintoxicar vuestro cuerpo!!

¡A partir de ahora mucha agua, comida suficiente y sana (bajemos las grasas) y a mover un poco el esqueleto!!

¡Espero haberos motivado suficiente!!

Y si se os acumuló todo lo anterior y llegó el dolor lumbar…. ya sabéis donde encontrarnos, nosotros os ayudaremos a recuperar vuestra mejor versión lo más rápido posible.

¡Aprovechad el fin de año para mover ese cuerpo relleno de turrones y evitar que se vayan a las cartucheras!

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